2

|
Hoy abrí la puerta, cerré las ventanas y puse música. Hoy abrí la puerta de un lugar que por un momento se me hizo extraño y enmudecí al darme cuenta que viendo bien, todo es raro para mi.
Apagué la música, abrí las ventanas y oí llover, y por dos segundos creí que nada estaba ahí; pensé que eran mis ojos los que me mentían y en verdad fui yo quién se engañó creyendo conocer lugares inhabitables, pensando que yo era parte de todo, cuando en realidad nada forma parte de mi. No es que quiera mentir, es que sencillamente no me creo, no me encuentro, no me busco, no me pido, no me espero, hoy sobre todo no te espero.
Voy al baño y me reconozco frente al espejo, me mojo la cara creyendo que así saldré de este viaje hacia ningún lado, pero como me esperaba, no sucede nada. Me pregunto ¿cómo fue que llegué aquí? y no hay nadie que me pueda decir dónde estoy. Camino entre en pasillo, que creí reconocer, lo he visto en un sueño, eso es, o quizás este es ese sueño y yo una marioneta de mi imaginación. De pronto veo en una sala una foto mía, con gente que nunca en mi vida he visto y la piel se me estremece, vuelvo a enmudecer, en un lugar donde el silencio estorba, grito y vuelvo a callar.
Desaparezco y resulta que aún estoy, cuando menos me lo espero me meto en el vacío y vulevo a respirar, camino por en medio de un lugar en el que nunca he estado antes y veo mi mochila, mi música, mi vida. Escucho llover y las goteras están donde debieran estar y tres veces más tarde los dos segundos que se me fueron parecen regresar.
Dos salas, un pasillo que da a otra puerta y de pronto...
Hoy abrí la puerta, cerré las ventanas y puse música, que bien, ¡al fin en casa!

0 comentarios:

Publicar un comentario