Continúo esperando en mi foley room, y no logro percibir, esta vez, quién golpea detrás de mi.
Pasa una vida, quizás dos, y sus sonidos me revuelcan en el mismo tal vez de ayer. Manten tu disctancia y a la cuenta de tres empieza a disparar, me he secado, dice, y no hay nada para tomar; no me gusta ver, prefiero escuchar, le digo, y me responde con gotas fuera de lo normal.
¿Quién anda ahí? alguien ha vuelto a golpear y has callado por miedo a que te escuchen, pues yo también he hecho lo mismo y no funciona así.
¡Deja de gritar!, ¡Deja de escucharme!, ¡Deja de latir!
Otra vez me dejo, y acelero; siento que hayas tenido que irte, no habrá otro vuelo por mucho tiempo. Siento que no te hayas ido, no habrá despegue esta vez, has perdido el avión.
¿Escuchas? ya no están aquí, ni vos, ni el, ni yo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario